Revista El Hornillo de Alma Serrana

Esta revista nace tras la creación del ecomuseo Alma Serrana con la intención de mantener viva la página web, renovando y actualizando la información en general. Tambien quiere transmitir respeto por el Patrimonio y el ser humano.

My Photo
Name:
Location: Aldea de los anchos, Santiago - Pontones - Jaén, Spain

Esta iniciativa nace a través de la asociación cultural "La esparteña", el ecomuseo "Almaserrana" e Ignacio Cano. www.almaserrana.com mueblerusticotradicional.blogspot.com almaserrana@tecnosegura.com

Saturday, February 07, 2009

EL AMOR


EL AMOR
Un hombre fue a visitar a un sabio consejero y le dijo que ya no quería a su esposa y que pensaba separarse.
El sabio lo escuchó, lo miró a los ojos y solamente le dijo una palabra:
"Ámala". -luego se calló-
Pero es que ya no siento nada por ella. "
"Ámala," -reiteró el sabio-.
Y ante el desconcierto del visitante, después de un oportuno silencio, el viejo sabio agrego lo siguiente:
Amar es una decisión, no un sentimiento.
Amar es dedicación y entrega.
Amar es un verbo y el fruto de esa acción es el amor.
El Amor es un ejercicio de jardinería:
Arranca lo que hace daño, prepara el terreno, siembra, sé paciente, riega, procura y cuida.
Está preparado, porque habrá plagas, sequías o excesos de lluvias, más no por eso abandones tu jardín.
Ama a tu pareja, es decir, acéptala, valórala, respétala, dale afecto y ternura, admírala y compréndela.
" Eso es todo, Ámala".
Por eso, la vida sin amor te lleva a tener estos defectos:
La inteligencia sin amor, te hace perverso.
La justicia sin amor, te hace hipócrita.
El éxito sin amor, te hace arrogante.
La riqueza sin amor, te hace avaro.
La docilidad sin amor, te hace servil.
La pobreza sin amor, te hace orgulloso.
La belleza sin amor, te hace ridículo.
La verdad sin amor te hace hiriente.
La autoridad sin amor, te hace tirano.
El trabajo sin amor, te hace esclavo.
La sencillez sin amor, te envilece.
La oración sin amor, te hace introvertido.
La ley sin amor, te esclaviza.
La política sin amor, te hace ególatra.
La fe sin amor, te hace fanático.
La cruz sin amor, se convierte en tortura.
La vida sin amor, no tiene sentido.

Mensaje del jefe indio Lakota


Mensaje de Arvol Looking Horse (Caballo que mira), gran jefe de la nación lakota, dakota y nakota, y guardián de 19ª generación de la pipa sagrada de la Mujer Bisonte Blanco en el 6º Día Internacional de la Paz.

Mitakuye (mis parientes):

Yo, Arvol Caballo que Mira, jefe de la nación Lakota, Dakota y Nakota, quisiera pediros en este momento que entendáis la perspectiva indígena en reflexión por lo que ha pasado en América, a la que nosotros llamamos "Isla Tortuga" [Se refiere a los ataques del 11 de septiembre].

Durante los últimos seis años he estado concentrado en un esfuerzo por unir a la comunidad global a través de un mensaje que viene de nuestras ceremonias sagradas, por reconocer un día para la Paz Mundial y la Oración cada 21 de junio, como momento para unirnos espiritualmente, cada uno a nuestra forma y según nuestras creencias en el Creador. Hemos sido advertidos por los mensajes de las antiguas profecías sobre los tiempos en que vivimos ahora, pero también es un importante mensaje de solución para acabar con los tiempos terribles que estamos pasando.

Para ayudaros a entender la profundidad de este mensaje, hay que reconocer la importancia de los sitios sagrados. Es importante que os deis cuenta de toda la conexión que hay entre lo que está pasando hoy día, con las masacres que han estado sufriendo en otras tierras al igual que en las Américas. He estado informándome de este importante asunto de los sitios sagrados desde que tenía 12 años, cuando me traspasaron la Pipa Sagrada de la Mujer Bisonte Blanco y sus enseñanzas. Nuestra gente se ha dedicado a proteger sitios sagrados desde el principio de los tiempos. Necesita haber una concienciación respecto a la protección de sitios sagrados que va mas allá de los santuarios construidos por humanos. Nuestra gente ha levantado santuarios y objetos similares con los que identificarse y para recordar el significado y el poder del sitio sagrado.
Nuestra gente ha levantado santuarios y objetos similares con los que identificarse y para recordar la importancia y el poder del sitio sagrado. También hemos sido testigos de cómo se han destruido durante décadas, pero también vemos que lo importante es lo que está debajo de esos sitios. Estos lugares se han violado durante siglos y eso nos ha llevado a predicar sobre lo lejos que está llegando la inestabilidad a nivel global. Mirad a vuestro alrededor. Nuestra Madre Tierra está muy enferma por estas violaciones y estamos a punto de destruir lo que dará de comer a las generaciones futuras, a los hijos de nuestros hijos.

Nuestros antepasados han estado intentado proteger nuestros sitios sagrados de las continuas violaciones, las llamadas sagradas Colinas Negras en Dakota del Sur: "El corazón de todo lo que existe". Nuestros ancestros nunca vieron este sitio desde un satélite, pero ahora que tenemos esas imágenes gracias a las tecnologías modernas, vemos que tienen la forma de un corazón, y cuando se pasan rápido las imágenes parece un corazón latiendo. Los Diné han estado protegiendo Big Mountain, a la que llaman el hígado, y ahora que el carbón se está agotando, sufrimos y seguiremos sufriendo más extracciones de carbón y los procesos venenosos que usan para sacarlo. Los aborígenes han advertido de los efectos de la contaminación en los arrecifes de coral (por el calentamiento del planeta), que para ellos es un purificador de la sangre de la tierra. Nuestra agua sagrada está contaminada.

A raiz de la conocida carta del indio seatter, la asociación cultural "La Esparteña" y la asociación "Defensores de la Naturaleza" del Vadillo (Cazorla), editan un DVD para transmitir conciencia y respeto hacia la Madre Tierra y a todos los seres vivos que la habitan, así nace "Mensaje Indio".

NUEVA CULTURA POLÍTICA


Por una nueva cultura política

Vivimos en un mundo que, lejos de avanzar hacia niveles más altos de bienestar para todos sus habitantes, se encamina hacia la consolidación de altas cuotas de riqueza para unos pocos, mientras el resto, la mayoría, pierde calidad de vida y una minoría cada vez más grande se hunde en la pobreza. Los demás seres vivos apenas cuentan y muchos están en peligro de extinción. Vivimos en un mundo que apuesta por el desarrollo económico material como principal objetivo en la búsqueda del bienestar, siempre temeroso de quedarse sin recursos, explotando si es necesario los lugares más recónditos, aniquilando ecosistemas enteros, tristemente incapaz de imitar la naturaleza y crear abundancia sin destruir. Vivimos en un mundo que durante milenios ha sido un mosaico de gentes y culturas diversas, gentes que han sabido encontrar en su entorno los recursos que necesitaban para vivir, que han sabido ser más o menos felices, y que ahora están condenados a desaparecer bajo la presión uniformizante de las recientemente creadas fuerzas globales.
Curiosamente, no se está llegando a esta situación tras desastrosas políticas de regímenes autoritarios y despóticos, excusa fácil de historiadores para explicar barbaridades del pasado. El desastre que se avecina es el resultado de políticas llevadas a cabo principalmente por poderosos países que se llaman a sí mismos democráticos, que dicen respetar los derechos humanos y sentirse preocupados por la pobreza mundial, por la naturaleza y el futuro del planeta.
Los males —las pésimas condiciones de vida de amplias capas de la población mundial, la falta de expectativas vitales en jóvenes y no tan jóvenes, la pérdida de identidad y de importantes valores colectivos, la falta de reconocimiento y diferenciación cultural, la degradación del entorno y la explotación de la naturaleza— y sus consecuencias en forma de miseria, crimen y violencia, no se dan precisamente en países exóticos, tradicionalmente poco desarrollados, están presentes en el corazón de nuestras rimbombantes y poderosas democracias. Se extienden por los suburbios de las ciudades, recorren las callejas de sus centros históricos, invaden el paisaje social y natural que nos rodea.
¿Dónde está el fallo? ¿Cómo es posible que este desolador panorama sea consecuencia de la democracia, el menos malo de los regímenes políticos?
La imperfecta democracia actual
Algunos dirán que lo que ocurre es que vivimos en una democracia exclusivamente formal, pero no real. En una democracia diseñada para favorecer a unos pocos, o a una mayoría relativa, en detrimento de significadas minorías. Dirán que el sistema de delegación utilizado en la elección de la cúpula legislativa y gobernante no es realmente representativo, que los partidos políticos sólo representan a determinados grupos de interés y que sus propuestas están encaminadas a favorecer a quienes los han apoyado y no están motivadas por el interés general. Dirán que en el parlamento no se oyen las voces de las minorías, de los marginados, de los rebeldes y contestatarios. Que para éstos sólo queda la calle y la acción política directa.
Otros echarán la culpa al sistema capitalista y sus desmanes, se quejarán de la falta de control sobre las grandes empresas multinacionales, del excesivo poder que acumulan, de su capacidad para dictar políticas en la trastienda, de su falta de escrúpulos a la hora de esquilmar los recursos naturales, de jugar con los puestos de trabajo a su conveniencia. Verán en el capitalismo y el neoliberalismo que lo sustenta el causante de tremendas catástrofes ecológicas y humanas, el culpable del imparable crecimiento de la pobreza, del deterioro ambiental, del peligro latente y constante que supone la proliferación de armas, la contaminación del aire y el agua, el uso de sustancias tóxicas y semillas genéticamente modificadas en la producción de alimentos, la investigación con virus y bacterias potencialmente letales…
Unos y otros tienen seguramente razón. Vivimos en una democracia imperfecta asentada en un sistema económico imperfecto. ¿Pero qué podemos hacer?
A lo largo de la historia se han vivido similares situaciones de insatisfacción política, en las que un importante grupo social se ha esforzado por corregir una forma de gobierno agotada, imponiendo finalmente otra más adecuada a sus intereses como clase. La burguesía forzó la caída de las monarquías absolutas del final de la época feudal para instaurar, fuera en un régimen monárquico o republicano, una restringida democracia parlamentaria que le permitiera defender sus intereses, especialmente sus privilegios económicos. Más tarde, la organización efectiva de la clase obrera consiguió, tras años de lucha, abrir los parlamentos a sus representantes, aunque a pesar de su mayoría social siempre se trató de una representación restringida y no proporcionada. Como la democracia burguesa no daba satisfacción a sus necesidades, la clase obrera siguió la lucha fuera de los parlamentos y en algunos países triunfó una revolución proletaria que instauró un sistema político, el comunismo, que pretendía ser el gobierno del pueblo para el pueblo. El comunismo real demostró ser un fiasco, una dictadura en la que una reducida clase dominante, los burócratas del partido único, gobernaba para mantener sus privilegios como clase, desentendiéndose de las necesidades reales de la población. Tras la caída del comunismo real en el mundo, la democracia parlamentaria y capitalista es la forma de gobierno dominante en Occidente, aun sin olvidar que gran parte de la población mundial vive todavía bajo feroces y sangrientas dictaduras.
A pesar de que la democracia parlamentaria ha sufrido a lo largo del siglo XX diversas reformas para acoger importantes grupos de la población que no estaban representados, como las mujeres, las minorías étnicas, etc., la insatisfacción en importantes colectivos sociales no deja de aumentar. No se sienten representados por ninguno de los partidos políticos, no sienten que su voz esté presente en los parlamentos, no comprenden muchas de las decisiones que toman los gobiernos, se sienten manipulados, engañados con falsas promesas electorales que luego no se cumplen… La abstención no deja de aumentar, el desencanto es cada vez más visible. Si la democracia, en su acepción etimológica, es el gobierno del “demos”, del pueblo, ¿por qué la democracia actual no satisface las legítimas aspiraciones de éste a gobernarse?
Las causas del fracaso de la democracia actual
Es necesario señalar dos aspectos diferentes para responder a esta pregunta. El primero se hace visible al repasar la historia política de los último siglos. Hemos pasado de monarquías absolutas y de gobiernos feudales a una democracia burguesa y por último a una democracia parlamentaria representativa. Lo reseñable en toda esta historia es que el gobierno siempre ha estado en manos de una elite gobernante, dedicada profesionalmente a la política. La política se ha entendido en un movimiento que iba de arriba abajo, desde los elegidos (poco importan si han sido elegidos por designio divino o en unas elecciones) hacia el cuerpo social, desde la clase dirigente hacia los dirigidos. Y lo que podía resultar comprensible en una época en la que sólo unas pocas personas tenían la formación adecuada para ejercer el arte del gobierno (comprensible sólo hasta cierto punto, pues el ejemplo de las colectividades españolas del 36 desmiente esta idea), resulta ser hoy un anacronismo insoportable para una importante parte de la población, que se siente capacitada para participar directamente en la toma de decisiones sin tener que delegar en representantes, en última instancia profesionales de la política que acaban mirando más por sus intereses que por sus votantes. Cada vez más gente reclama una toma de decisiones de abajo arriba, desde las comunidades locales (lugares en los que la gente se conoce y conoce sus necesidades) hacia instancias nacionales o supranacionales, que finalmente habrían de ser tan sólo coordinadoras, transmisoras y posiblemente conciliadoras de posiciones divergentes. La descentralización real, no sólo en cuestiones secundarias como ocurre actualmente, es un requisito imprescindible para hablar de democracia, pero es sobre todo una necesidad imperiosa para atajar los desastres ecológicos que con el apoyo de gobiernos centrales llevan a cabo las grandes empresas capitalistas.
El segundo aspecto que contribuye a explicar el fracaso del sistema democrático actual tiene que ver con el sistema de partidos, un sistema adversarial y competitivo que impide buscar las mejores soluciones a los problemas existentes, pues lo que se busca es principalmente vencer, derrotar al contrario. Rara vez en los parlamentos se promulgan leyes que cuenten con el respaldo de toda la cámara, rara vez los gobiernos toman decisiones en cuya elaboración se ha tomado en cuenta la opinión de todas las partes implicadas. Se hace una interpretación partidista del interés general, que muchas veces ni siquiera coincide con la clase social a quien supuestamente dicho partido representa, sino que se ajusta a los deseos de determinados grupos de presión que desde la sombra intercambian favores con partidos y gobernantes. También en este punto, la gente se siente estafada.
En su origen histórico, los partidos nacen para defender los intereses de una determinada clase o grupo social. Si los intereses son divergentes, dirán algunos, es lógico que los partidos se enfrenten y compitan por el poder, pues sólo desde el poder o desde una situación de poder será posible apoyar los intereses de sus representados. En la actualidad, la idea de clase social, basada en diferencias económicas, tiende a difuminarse a favor de una mayoría conocida como clase media —cuyos intereses hacen suyos los principales partidos parlamentarios— y de importantes minorías que, o bien forman la elite económica y privilegiada que actúa sobre los partidos políticos como grupo de presión, muchas veces en detrimento de la clase media que aquellos dicen representar, o bien se trata de minorías excluidas que ningún partido parlamentario representa. En estas circunstancias no debería ser tan difícil llegar a acuerdos que, partiendo de los intereses de la clase media, fueran capaces de integrar las voces disonantes de las minorías excluidas, y que a su vez pudieran contrarrestar la fuerte presión de los poderes fácticos existentes.
El problema es que este sistema adversarial está tan arraigado dentro de la sociedad que resultará difícil erradicarlo, aun cuando existiera voluntad para ello. Con toda probabilidad, un partido político que no quisiera entrar en el juego de la competición, de la descalificación del contrario, o que desde el poder quisiera implantar medidas consensuadas, sería pobremente valorado por la población y castigado en las urnas.
Los niños aprenden las claves de este sistema en el hogar y en la escuela, donde adquieren conciencia del juego de roles y de poder en el que vivimos inmersos los adultos. Los conflictos en casa rara vez se resuelven con el diálogo, el recurso a la autoridad del padre e incluso a la fuerza suele estar presente. En la escuela, los niños terminan de familiarizarse con el sistema, los profesores se reafirman como sus adversarios, poco a poco también lo serán sus compañeros. Ante los conflictos que les surjan en la vida sabrán adoptar las tácticas aprendidas: se más fuerte y ganarás, y si no puedes ganar siempre podrás encontrar maneras de hacer daño. Esta actitud competitiva se arrastra toda la vida como una losa que impide un verdadero progreso a la hora de establecer una democracia verdaderamente participativa. Existe en todo este proceso un terrible círculo vicioso que de alguna manera hay que romper: por una parte es necesario cambiar el sistema educativo para evitar la competición y el enfrentamiento con el que abordamos las diferentes situaciones de nuestra vida, incluyendo nuestra participación política. Pero para ello sería necesario un gran acuerdo político y social, impensable en las actuales circunstancias en las que tanto se valora la fortaleza y la capacidad para vencer al contrario y en las que llegar a un consenso se interpreta como un síntoma de debilidad. Sin un cambio en la cultura política, no habrá cambios en el sistema educativo; y si el sistema educativo no cambia, no cabe esperar un cambio en la cultura política. Nuestra tarea es romper este círculo infernal cultivando, por una parte, la reflexión, y por otra, creando en nuestra praxis cotidiana, hábitos que fomenten la cooperación y la búsqueda de consenso, en lugar de la competición y la imposición.
La alternativa: una nueva cultura política
Frente a la democracia centralizada y partidista, alejada de los problemas concretos de la gente y basada en un sistema competitivo y de oposición, existe una alternativa que apuesta por la comunidad local como núcleo elemental de la gobernabilidad, entendida esta última como la búsqueda conjunta y creativa de decisiones consensuadas que todo el colectivo puede asumir.
Es necesario añadir cuanto antes que una propuesta como ésta no olvida ni desdeña los importantes problemas que habría que resolver para llevar a cabo el cambio de paradigma político. Vivimos en un mundo globalizado en el que se han creado poderosas fuerzas destructivas, que podrían arrasar fácilmente comunidades enteras, como de hecho están haciendo. Los intereses de determinados grupos económicos, militares, religiosos y mafiosos, muchas veces entrelazados, chocarían frontalmente con los objetivos de autonomía, autogobierno y autosuficiencia de las pequeñas comunidades locales. Contra tales fuerzas sólo cabe la unión, la creación de redes y de estructuras federadas de intercambio y apoyo, que pudieran en el corto plazo contrarrestar la presión de dichos grupos. Aunque no hay que olvidar que, a largo plazo, esta propuesta de cambio aspira a cocrear entre todos un mundo en el que no haya espacio para tales elementos destructivos a gran escala, en el que las únicas fuerzas globales sean las de la solidaridad y la concordia.
Otra dificultad, que algunos apuntarán rápidamente, tiene que ver con las diferencias sociales y de clase. ¿Cómo va a ser posible tomar decisiones consensuadas, cuando están en juego intereses divergentes relacionados con la posición social y sus correspondientes privilegios o carencias? Se supone que mientras existan grandes diferencias económicas entre los miembros de una misma comunidad, nunca será posible alcanzar acuerdos, que los que no tienen siempre estarán enfrentados a los que tienen. Sin embargo, esto no es cierto del todo. Sabemos hoy que la seguridad física y económica es una necesidad fundamental de todo ser humano. En nuestro desarrollo como personas necesitamos estabilidad en el trabajo y necesitamos tener asegurada nuestra parte en la distribución de la riqueza. Pero una vez que esto se ha conseguido, no necesitamos acumular en exceso ni tampoco queremos estar sin hacer nada. Normalmente buscamos un equilibrio (algo muy personal y que difiere grandemente de unas personas a otras) entre el tiempo que queremos dedicar al trabajo y el que queremos para nosotros mismos. Es cierto que el éxito de la nueva cultura política va parejo del desarrollo de una nueva cultura económica, que tenga en cuenta las personas (social y solidaria) y el entorno (ecológica), pero sin necesidad de buscar ni imponer una igualdad ficticia e inexistente. Cada comunidad local podría elegir el sistema económico más adecuado para sus intereses y necesidades, sea éste el mercado o el comunismo, siempre y cuando sean el resultado de una decisión política consensuada.
La principal dificultad: nosotros mismos
Con todo, la dificultad más importante que surgiría en una primera fase, como ocurre de hecho actualmente en todos los grupos que están incorporando la toma de decisiones consensuada en sus agendas, tiene que ver con nuestra incapacidad, nuestra falta de pericia y entrenamiento para alcanzar un verdadero consenso. El problema real no es que existan diferencias, siempre las habrá, el problema es que no sabemos enfrentarnos a lo diferente, salvo a través del recurso a la fuerza y la imposición de nuestras ideas. Que en una comunidad local existan diferencias económicas importantes no es un problema, se pueden tomar medidas para reducir estas diferencias en el marco de unos objetivos comunes aceptados por toda la comunidad. Tampoco sería grave, más bien al contrario, que en un determinado colectivo se plasmaran diferentes necesidades, diferentes valores, diferentes actitudes y maneras de ver las cosas. Todo ello sería sin duda valioso para el enriquecimiento de la comunidad y su crecimiento. Sin embargo, ahora mismo todas esas diferencias son motivos de conflicto en los grupos y causa aparente del fracaso de la toma de decisiones consensuada. Causa aparente porque las razones profundas del fracaso no están en la diferencia en sí, cuya existencia todos reconocemos racionalmente como positiva, sino en los mecanismos de defensa que inconscientemente ponemos en marcha con el fin de evitar el dolor que la diferencia (en comportamientos, valores, actitudes, creencias…) puede despertar en nosotros y que se asocia a nuestra historia personal de creación de una identidad, forjada entre abusos, decepciones y luchas por el reconocimiento. Todas estas emociones, sentimientos y representaciones simbólicas latentes inciden negativamente en la toma de decisiones, aunque extrañamente no se les dé espacio ni se las reconozca como factores determinantes, dejando todo el protagonismo en manos del discurso, de la palabra organizada en torno a intereses particulares que, cómo no, tienden a chocar con el discurso diferente del otro. A partir de aquí, el acuerdo es imposible, sólo queda votar y con ello excluir y marginar.
Por eso, una nueva cultura política sólo es posible desde el reconocimiento de factores socioafectivos que influyen en el comportamiento de las personas y que se hallan en la base de determinadas actitudes que nos pueden parecer incomprensibles, pero que debemos aceptar como una parte más del colectivo social, como una parte de la que también podemos aprender y que la comunidad no debe desdeñar. Que todo el mundo tiene una parte de la vedad es uno de los principios básicos del consenso. Sólo a partir de este reconocimiento podemos hablar de comunidad.
La inclusión, clave de la nueva cultura política
Como decía al principio de este artículo, vivimos en un mundo en que la democracia representativa se tambalea, incapaz de dar respuesta a los grandes retos de este tiempo: el (des)control de la globalización, en manos de grandes multinacionales capitalistas, de poderes fácticos y mafiosos, sin escrúpulos a la hora de apoderarse de la riqueza que producimos entre todos, mientras la pobreza y la falta de recursos básicos se extienden por todo el mundo y las catástrofes ecológicas aumentan sin cesar; y el deseo de una creciente capa de la población de contar con más autonomía, mayor capacidad de decisión sobre temas que le afectan, mayor poder para decidir en el ámbito local en el que centran su existencia, mayor empoderamiento para estar presentes y co-decidir con todos en igualdad de condiciones, enfrentándose así a la invisibilidad que el sistema actual parece querer condenarles (mujeres, jóvenes, ancianos, minorías étnicas, discapacitados, etc.).
Y sin embargo, la democracia es irremplazable. No la podemos cambiar, cualquier cambio de sistema en manos de iluminados sería un desastre, la experiencia histórica lo confirma. Sólo nos queda profundizar en ella. Y en mi opinión, sólo hay dos maneras básicas para profundizar en la democracia: hacerla más extensiva, descentralizar, recurrir a la comunidad local como núcleo básico de la gobernabilidad, federar; y hacerla más inclusiva, acoger todas las voces, mostrar públicamente nuestras emociones, aprender de la diferencia y la diversidad, buscar el consenso.
Este es nuestro gran reto. Tenemos la suerte de que podemos abordarlo desde la misma democracia, a diferencia de tantas personas en el mundo que viven en regímenes dictatoriales. Vamos dando pasos en la descentralización, tal vez alguno más hacia atrás que hacia delante, pero somos conscientes del camino a seguir. No tenemos dudas de cómo grandes grupos de poder utilizan la globalización en su beneficio y nos enfrentamos a ellos. Pero de lo que todavía estamos muy lejos es de haber percibido el significado real de la diversidad y de la inclusión. En este punto seguimos siendo prisioneros de una cultura política heredada, una cultura que tiende a la descalificación del otro, que convierte la discrepancia en enemistad.
Trabajar la inclusión es por tanto la clave de la nueva cultura política, una clave que encierra en sí misma una nueva perspectiva de abordar la educación, las relaciones personales, el trabajo y en general nuestra participación en todo tipo de grupos y colectivos. Si no queremos repetir los errores del pasado, no nos queda más remedio que “volver a la escuela”, aprender cómo somos en tanto que seres grupales, aprender a convivir en la diversidad, recuperar el significado profundo de la palabra “comunidad”.
Ah! Por cierto, “escuelas” las hay muy buenas, basta con echar una ojeada a la bibliografía que acompaña este artículo.
Referencias bibliográficas
Berne, Eric. Juegos en que participamos. Sociología de las relaciones humanas. Ed. Diana, 1997
Briggs, Beatrice. Introducción al Proceso de Consenso. Ed. por el autor, 1998
Burton, John. Violence explained. Manchester University Press, 1997
Cornelius, Helena y Faire, Shoshana. Tú ganas, yo gano. Gaia ediciones, 1998
Freire, Paulo. Pedagogía del oprimido. Siglo XXI de España editores, 2002
Langford, Andy. Designing Sustainable Communities. Ed. por el autor, 1995
Maslow, Abraham. El hombre autorrealizado. Kairos, 2001
Mindell, Arnold. The Leader as Martial Artist. Lao Tse Press, 1992
Mindell, Arnold. Sitting in the Fire. Lao Tse Press, 1995
Mucchielli, Alex. La Psychologie Sociale. Hachette, 1994
Thich Nhat Hanh. Sintiendo la paz. El arte de vivir conscientemente. Oniro, 1999
Vinyamata, Eduard. Manual de prevención y resolución de conflictos, Ariel, 1999

NÓMADAS DE LA POBREZA UNIVERSAL


INMIGRACIÓN 2008

Un año más hemos asistido a la llegada de inmigrantes temporeros, mano de obra que recoge el apreciado fruto de nuestros olivos. La provincia de Jaén se convierte así, en un arco iris de culturas necesitadas, una torre de babel llena de contrastes y de escenas de convivencia a veces surrealista, los pobres del mundo nos visitan ofreciendo sus manos desnudas en un momento agravado aún más por la crisis general que vivimos.

Muchos de ellos y ellas viajan sin un euro en el bolsillo, sin contactos y sin un lugar seguro donde poder comer o dormir. Mendigan por la calle pidiendo a su Dios suerte con la esperanza de encontrar trabajo, saben que si lo consiguen siguen sobreviviendo y de paso alivian un poco las muchas necesidades de sus familiares.

Detrás de cada inmigrante se esconde un mundo lleno de verdaderas odiseas, historias de pobreza, abusos de derechos humanos, explotación, racismo, necesidades extremas y temor e incertidumbre de tener que volver obligados.

Su único delito es haber nacido en países pobres, países que son el resultado de procesos imperialistas de antiguas colonias occidentales, de dictadores que estos dejaron en el poder tras marcharse, de guerras interminables, poderes corruptos que roban los recursos naturales para venderlos al mejor postor, catástrofes naturales que cada vez se dan con más frecuencia, hambrunas que asolan y ahogan sus países, y como no, de multinacionales y países desarrollados que siguen con la práctica de apoderarse de lo ajeno. Al final solo les queda trashumar como hijos pobres e ilegales de la Tierra.

En muchos países Africanos, Asia, América Latina…, se ha incrementado el precio del arroz y otros cereales hasta un 75%, productos de primera necesidad que son básicos para alimentarse.

Cada vez más los estómagos de los pobres compiten con el petróleo, biocarburantes y la especulación de los alimentos. Se prevé que en el 2009 se incrementen en 800 millones más los pobres en el planeta tierra, cuando esta ofrece recursos necesarios como para que nadie pase hambre.

Ante estas muchas circunstancias no tienen más remedio que abandonar sus familias, sus raíces y su cultura para intentar aportar a los suyos lo que todo ser humano se merece, la oportunidad de comer y vivir con dignidad.

Emigrar no tendría que ser una obligación, tendría que ser un derecho fundamental para toda persona que no tenga sus necesidades mínimas cubiertas.

Ellos y ellas no están preparados para el frío de nuestra tierra, muchos ni siquiera para trabajar pues enferman en frío de la calle, y nosotros nos limitamos a decir que, , . Los que rezan pensando en Dios deberían también rezar por todos esos niños y mujeres que esperan, que mañana cuando se levante su papá o esposo (el que duerme debajo del puente, en una obra en construcción o en un soportar) pueda encontrar trabajo y para que lo traten como un ser humano se merece.

Cuando en la calle ignoramos, abusamos, marginamos o despreciamos a los inmigrantes, en realidad lo estamos haciendo con familias enteras que existen tras ellos y ellas, niños, mujeres y ancianos que esperan con resignación su ayuda.

Los que duermen en la calle, rezan y lloran con impotencia en silencio, pero con la esperanza al mismo tiempo de conseguir sus objetivos, mientras que nosotros a unos pocos metros de donde ellos duermen, bien comidos y calentitos vemos en el telediario las desgracias de sus países, desgracias que se mezclan, nos entretienen y confunden entre publicidad consumista, fútbol, toros, morbo, películas y telenovelas.

La estampa de navidad de nuestros pueblos es la de muchos inmigrantes deambular de un lugar para otro para ver si alguien se fija en ellos para trabajar, con hambre, frío, desesperación y ha veces enfermos, mientras, nosotros celebramos que Jesús nació y murió por amor a todos. ¿Quién les iba a decir que en el primer mundo habría tantos hipócritas acomodados que para justificar su amor por los demás acabarían apadrinando al hijo de ese inmigrante que duerme a solo unos metros de su casa? ¿Quién les iba a decir que mientras los cristianos se atiborran de todo celebrando la Navidad, muchos de ellos se tendrían que acostar sin cenar y envueltos en una manta en el primer mundo?. Mientras exista un solo hermano pobre, por respeto a él, no se deberían celebrar falsos rituales de hermandad y fraternidad.

Algunos empresarios que los buscan para que les saquen las castañas del fuego, deberían viajar a sus países de origen para ver en que condiciones viven sus familias, quizás de esta forma se les abriría un poco más la conciencia y el corazón. Es injusto e inhumano ver a inmigrantes que trabajan y han de dormir en la calle porque su patrón no se ha preocupado por encontrarles una vivienda. Es repugnante saber que ciertos empresarios pagan menos porque saben que muchos son ilegales y no pueden denunciarlos.

Creía que vivíamos en una tierra de emigrantes con tendencia a ideologías de izquierdas por la trayectoria histórica que han vivido nuestros pueblos, pero me he dado cuenta que no hemos aprendido nada, salvo unos pocos, la gran mayoría viven refugiados en el caparazón de la hipocresía. Caminamos con la mochila llena de “MIEDO”, miedo al que dirán, miedo a perder el trabajo, miedo a lo desconocido, miedo a perder puestos políticos o ciertas influencias, miedo a que me puedan ver hablando con un moro o un negro, miedo a que ocurra algo, miedo a conocer nuevas culturas, miedo a experimentar, miedo a compartir, miedo al miedo. Vivimos en un mundo donde cada vez tenemos más miedo a todo, por ello no evolucionamos. con tanto miedo es imposible amar.

Estamos enfermos de miedo y entre el miedo y el amor hemos levantado un muro que nos ciega y no nos deja ver más allá de nuestras narices. Alguien nos decía que el que ama es aquel que se arriesga a amar, una entrega, hoy en día nos movemos por intereses, avaricia, ambición, por vacíos que llenar o por ignorancia.

Si cada uno y una de nosotros compartiera su amor y solidaridad con solo otra persona necesitada, no habría nadie pobre, si abriéramos el corazón miedoso a nuevas experiencias humanas, ello, nos haría crecer y evolucionar más rápido.

Nadie entiende porque muchos inmigrantes duermen en la calle mientras que las casas de cáritas permanecen cerradas bajo la poco creible excusa de que se utilizan para la catequesis. Queremos enseñar valores cristianos a nuestros jóvenes y actuamos al mismo tiempo hipócritamente con nuestros hermanos los más pobres, si Jesús levantara la cabeza.

Los predicadores nos dicen que tenemos que amar al prójimo como hizo Jesús y otros personajes, pero muchas veces ni siquiera ellos son ejemplo, ¿cómo quieres que amemos si no comemos? Diría un inmigrante a un párroco. Si Dios existe y está en todas partes, también esta dentro de cada uno y una de nosotros ¿Por qué no lo usamos? ¿Para qué lo estamos reservando? ¿Cuándo decidiremos dejar las filosofías baratas, las falsas ideologías, las creencias medievales o los egoísmos internos y nos pondremos a trabajar con las manos y el corazón?.

Si Dios existe, en nuestros hermanos también está.

¿Donde te encuentras tú sumergido? ¿ENTRE EL MIEDO A AMAR O EN LA ENTREGA DEL AMOR?.

Por ese miedo a comprender y amar, nuestra especie se está convirtiendo en un proceso viral cancerígeno que avanza hacia su propia destrucción. ¿cuándo vamos a aprender a respetar la madre tierra y a compartir con los más desfavorecidos.

José Laso

Reportaje Excluidos en diario "El Telégrafo"

Filmaron un documental en Paysandú sobre la vida en los asentamientos

Una productora audiovisual uruguaya - española acaba de filmar el documental denominado «Excluidos», en los asentamientos del Sur de nuestra ciudad, trabajo en el que queda de manifiesto la situación de extrema pobreza y marginación en la que viven miles de familias uruguayas. Los responsables de la filmación también colaboraron en la fundación de una organización no gubernamental y piensan seguir trabajando en Paysandú para sensibilizar a la población e impulsar nuevos programas sociales.
Los integrantes de la Productora C.P.E, el español José Laso y la sanducera Gisella Jesús, también pertenecen a la asociación de acción social (ONG) «Aldea Global», que cuenta actualmente con 30 integrantes y que surgió en Paysandú en forma casi simultánea a la realización del documental y como respuesta a los planteos y necesidades reales de la gente.
«Llevo tiempo trabajando en España con inmigrantes, gitanos, es decir con comunidades desfavorecidas», explicó Laso, quien desde hace años filma reportajes y documentales de denuncia con el cometido de sensibilizar a las autoridades y al público. Profundo conocedor de las vicisitudes diarias de etnias e inmigrantes en suelo europeo, Laso llegó a Uruguay gracias a su vinculación con Gisella Jesús y de inmediato sintió preocupación por la realidad en la que viven miles de familias y en particular por los niños que nacen y viven en los cinturones de pobreza en ésta como de otras ciudades del país.
Respecto a la creación de «Aldea Global» explicó que la posibilidad nació en forma casi simultánea a la filmación de «Excluidos», ya que en la medida que fueron ejecutándolo también fueron conociendo a fondo los problemas de la gente y sintiendo la necesidad de hacer algo al respecto.
Este material audiovisual, obtenido en formato DVD y de 35 minutos de duración, no fue concebido con fines de lucro, sino que su divulgación es gratuita y pretende acercar a la opinión pública y las autoridades a la realidad que se vive en los asentamientos. «Este material también será como una herramienta más que tendrá ‘Aldea Global’ dentro de la cantidad de objetivos que se plantea».
Material único
En primer término y valiéndose de su dilatada experiencia en la filmación de documentales en Europa, el equipo de C.P.E se integró completamente a las familias que viven en los asentamientos. Se establecieron en el lugar, interactuaron con la gente, plantearon sus objetivos y finalmente dieron paso a las primeras filmaciones. «Filmamos en los barrios, con la gente. Captamos los trabajos, las cosas que se están haciendo. También planteamos como un ‘qué se debería hacer’», explicó Jesús.
Además de imágenes impactantes donde aparecen niños uruguayos viviendo en contacto directo con los basurales, trabajando y expuestos en forma casi permanente a una violencia que paulatinamente se transforma en «el pan de cada día», el material incluye entrevistas con los vecinos y con personas vinculadas con el trabajo social como Mario Córdoba, Marcos Laurino, Rosa Barreto y Gabriela Jesús, entre otros.
«Desde la perspectiva de sus protagonistas se intenta mostrar a la sociedad en general, una realidad que nos rodea día a día, realidad que a veces no se quiere conocer bien por ignorancia, racismo o por molestia y vergüenza. No nos gusta reconocer que nuestros vecinos y hermanos viven en una situación de marginación y extrema pobreza», señala la nota de presentación de los productores.
«Aldea Global»
Entre los proyectos planteados por la ONG figura la formación de una cooperativa de interés social para la creación de una constructora de viviendas denominada «Querer es poder», que «dará respuesta laboral a jóvenes desempleados y marginados sociales». También la creación de la fundación «Vive», que tendrá a su cargo la organización de eventos culturales, sociales y medioambientales, y la apertura de un albergue temporario, así como tareas de apoyo a iniciativas oficiales de organizaciones no gubernamentales. Asimismo, se encuentra organizando una campaña de «captación previa al invierno» denominada «Abrigando corazones» destinada a reunir ropa de abrigo, frazadas, colchones, juguetes, libros, mobiliario y útiles escolares.
ver más información en;
www.almaserrana.com
ong-aldeaglobal.blogspot.com
Diario El Telégrafo 13 de marzo de 2008

Nace la ONG "Aldea global"



Nace "Aldea Global"

En el correr del mes de abril de 2008, se creó la asociación de acción social “Aldea Global”. Dicha asociación nacida en Paysandú-Uruguay llevará a cabo iniciativas y proyectos de ayuda social. También servirá para asesorar y servir de apoyo a la creación de otras asociaciones civiles. Un grupo de personas jóvenes entre los cuales se incluye el español José Laso, de vasta trayectoria en esta área y la profesora Nibia Pita, son quienes impulsan entre otros este proyecto.
La misma prevé dar respuesta laboral a jóvenes desempleados y marginados sociales. También se prevé la creación de la Fundación “VIVE”, para llevar a cabo la organización de eventos culturales, sociales y medioambientales, así como; jornadas técnicas y congresos. Entre sus propósitos también figuran la creación de un albergue temporero para la acogida y atención de casos específicos donde la administración no puede llegar; apoyo a iniciativas de la administración y ONGs y edición de trabajos audiovisuales de temática diversa.
Para más información visitar el blog; ong-aldeaglobal.blogspot.com

Reportaje sobre Biodiversidad Agrícola


La pérdida de biodiversidad en general es una realidad que afecta cada vez más a nuestra calidad de vida, esto hace que nos preocupemos por nuestro entorno, los ecosistemas y sobre todo que legado queremos dejar a las próximas generaciones. Asimismo, el abandono de las prácticas tradicionales de producción agrícola provoca un deterioro aún más preocupante.

Todos/as somos parte de la misma trama de la vida, una red tejida durante millones de años y que en los últimos cincuenta años debido a nuestra evolución desmedida, cada vez más pende de un frágil hilo.

Este reportaje pretende ser una herramienta más para comprender la importancia de preservar la biodiversidad y una ventana donde poder asomarnos a la labor que está realizando la organización de la feria de la biodiversidad.

En este momento el audiovisual tiene la ventaja de llegar a muchas más personas que cualquier otro canal de comunicación, ello, posibilita una buena labor a la hora de divulgar y sensibilizar.

REPORTAJE AUDIOVISUAL SOBRE BIODIVERSIDAD AGRÍCOLA.

OBJETIVO:

SENSIBILIZAR A LA POBLACIÓN EN GENERAL.

PROMOTOR:

Grupo de Desarrollo Rural de La Sierra del Segura, Ayuntamiento de Elche de la Sierra, Caja Castilla La Mancha

REALIZACIÓN, MONTAJE Y EDICIÓN

Equipo de producción audiovisual de la asociación cultural “La Esparteña”

Artículo sobre Sierra de Segura y ecomuseo


La sierra de Segura, un manto verde entre ríos

Numerosas aldeas salpican de blanco el frondoso valle de esta zona de Jaén.

Por Jesús Cano

Al noreste de Jaén, entre Levante, La Mancha y Andalucía, la sierra de Segura constituye el espinazo desde el que arrancan las de Cazorla y Las Villas, además de otras como las de Granada o Albacete. A caballo de dos vertientes, sus aguas caen por el noreste al Mediterráneo y confluyen en el río Segura, mientras al suroeste van hacia al Atlántico, recogidas por el Guadalquivir. Dado que la extensión de este territorio es considerable, aquí nos limitaremos a recorrer las tierras regadas por el Segura. Comenzamos nuestro viaje por el norte, en Siles, a apenas 5 kilómetros de Albacete. Tras visitar este pueblo, que no carece de encanto, nos dirigimos al valle alto del Segura por la pista forestal de las Acebeas. Tras unos 16 kilómetros, un cruce nos indica que, a la derecha, podemos ir a Segura de la Sierra, que da nombre a esta comarca y también al río. Visitaremos Segura más tarde, porque ahora lo que nos interesa es torcer a la izquierda en busca del valle del río Madera, un pequeño afluente del Segura que discurre por un lugar propio de una fantasía. La vegetación, propiciada por los múltiples arroyos y fuentes que manan de todas partes, brota abundante sin dejar apenas resquicio a las escarpaduras calizas. Todavía encontramos a nuestro paso numerosas aldeas habitadas, entre las que destaca Río Madera. Allí, a la sombra de grandes pinos laricios, asistimos a una partida de bolos serranos, junto a una famosa venta que vertebra la vida de este aislado rincón. Desde la altura de Río Madera, la carretera se desploma hacia el Segura en zigzag entre aldeas cercadas por el pinar.
Junto a la Venta Rampias arranca el desvío que nos llevará hasta Los Anchos. Además de ser un paraje que no olvidaremos fácilmente, este lugar acoge el ecomuseo Alma Serrana, que acercará al visitante a una forma de vida que lucha por no extinguirse definitivamente. Su responsable, José Laso, nos habla entusiasmado de los usos y costumbres de los serranos de antaño, respetuosos hace años con el medio ambiente, porque en ello les iba la supervivencia.

Formaciones de caliza
De regreso al camino, disfrutamos de unas magníficas vistas del río desde la carretera elevada. El Madera baja en este punto ya más crecido y ruidoso, destellante bajo la luz del sol; tras su encuentro con el Segura seguimos el curso del agua en busca de nuestra siguiente parada, que corresponde a la aldea de La Toba, llamada así por las suaves formaciones de caliza que presenta, semejantes a gigantescas esponjas. La Toba es la aldea de las acequias, presentes en calles y huertas, que brotan de un espectacular nacimiento de agua que aparece desde una oquedad en la que es posible entrar. A poca distancia de La Toba, el río se embalsa en lo que, más que pantano, parece un lago encantado. La vegetación lo circunda dando a sus aguas un suave color esmeralda. Resulta un espacio ideal para practicar deportes como el piragüismo o simplemente para sentarse y disfrutar, pensar o caminar. Poco más abajo, el Zumeta, otro afluente del Segura, nos sale al encuentro en las Juntas de Miller. Es un lugar apropiado para recordar a los pineros segureños que, hasta los años 50, transportaban madera por los ríos, ayudados de ganchos y bestias de tiro. En verano, un grupo de serranos organiza una espectacular exhibición que recuerda lo duro que era aquel oficio. Tras las Juntas, entre las provincias de Jaén y Albacete, remontamos el curso del Zumeta por una ruta entre farallones calizos que hacen que el río pronto quede encajonado para remansarse en el embalse de La Vieja, en un paisaje de impactante belleza. Más arriba, el cauce del río se abre y aparecen tierras cultivadas en aldeas como Tobos. Si nos detenemos en alguna de ellas podemos conversar con los viejos; y si el cuerpo nos lo pide, disfrutar de un aguardiente artesanal, hecho en alambiques de cobre. Subiendo más, nos detendremos en Salto de la Novia, una pared rocosa cuya forma parece cerrar el paso al río, invisible ya ahora.

Recóndito paisaje lunar
Santiago de la Espada, el pueblo al que llegamos a continuación, y el vecino núcleo de Pontones conforman un municipio bastante diferenciado del resto de la comarca. Son tierras altas y muy frías donde la oveja segureña autóctona se convierte en el principal sustento. En invierno, con la trashumancia a las tierras más cálidas de Sierra Morena, el pueblo pierde gran parte de su población. A sus pies se extiende un amplio valle, salpicado de aldeas, en el que nacen los hilos de agua que conforman finalmente el Zumeta. Los que dispongan de más tiempo pueden buscar el Pino Galapán, de 40 metros de altura, situado a unos kilómetros, o el sorprendente paisaje, casi lunar, de los Campos de Hernán Perea.
Desde Santiago a Pontones, la carretera nos emplaza progresivamente en la alta montaña. La abundante vegetación que nos ha acompañado hasta entonces casi desaparece, sustituida por plantas xerófilas. El Pico del Almorchón, de casi 2.000 metros, nos contemplará durante un buen trecho, hasta llegar a Pontones. Poco antes, un desvío nos lleva al nacimiento del río Segura. De vuelta al camino, encontramos Pontones, pequeña población ganadera de pastores que parecen añorar tiempos mejores, en que los rebaños eran una riada continua que inundaba estas calles de mampostería.
Nada más salir de Pontones, abandonamos las tierras regadas por el río Segura para subirnos a la cresta de la divisoria de vertientes. Entre las cumbres se divisa claramente en una hondonada el pantano del Tranco, una inmensa mancha azul que recoge las primeras aguas del Guadalquivir, vigilado por el Banderillas, altura máxima de esta sierra.

La cuna de Jorge Manrique
Desde aquí descendemos hacia Río Madera y, tras un merecido descanso, nos dirigimos a Segura de la Sierra. Este pequeño pueblo fue capital de un reino taifa y, tras la conquista cristiana, sede de frontera de la Orden de Santiago. Aquí nació a mitad del siglo XV Jorge Manrique, hijo de un maestre santiaguista. Podemos visitar la casa en la que nació el poeta y otras viviendas señoriales, además de su vieja iglesia, recorriendo un trazado urbano laberíntico que nos depara sorpresas en cada esquina. Pero el visitante se deleitará, sobre todo, con una espectacular vista desde el mirador que se encuentra junto a la estatua de Jorge Manrique. La serena belleza del Yelmo, tendido como un felino sobre el valle del río Trujala, fue cantada por otro gran poeta, Francisco de Quevedo. Al fondo se divisa Orcera, nuestro último destino. Aquí se firmaron en 1580 unas ordenanzas que regulaban el Fuero real concedido por el rey de Castilla a estas tierras.
Y una última recomendación: comprar aceite de oliva virgen extra denominación de origen de la sierra de Segura, lujo gastronómico cuyo sabor nos hará recordar el paso por esta preciosa comarca.

Subida entre acebos
El calar de Navalperal
En esta excursión de cuatro horas, partimos de Siles en coche hacia la Puerta de Segura. A un kilómetro, nos desviamos a la izquierda. Tras el paraje de la Peña del Olivar, recorremos nueve kilómetros, dejamos un primer desvío que lleva a un camping y cogemos otro, a la derecha, hasta al paraje de las Acebeas. Ahí comenzamos una ruta a pie de tres horas hasta la Caseta Forestal de las Acebeas, a 1.300 metros de altura. Luego, el sendero se dirige al calar de Navalperal, a 1.620 metros. Es una suave subida entre acebos, avellanos y pinos laricios. Desde el mirador de Navalperal disfrutamos de una vista espectacular de la sierra de Segura.

Alojamiento en la sierra de Segura
Esta zona cuenta con multitud de casas rurales repartidas por su extensa geografía, rica en vegetación, fauna y pequeños pueblos que todavía conservan costumbres y ejemplos gastronómicos de antaño.

Cómo llegar
Desde Madrid y el Norte, abandonamos la N-IV a la altura de Manzanares, en dirección a la Solana, Villanueva de los Infantes y Albaladejo, y tomamos la N 322, dirección Bailén, hasta Puente de Génave. La N 322 es también el mejor acceso desde Levante, Cataluña o Andalucía. Una ruta alternativa desde Levante parte de Hellín, por la A-30, continúa por la CM-3204 pasando por Elche de la Sierra y Riópar y llega a Siles.

No debes perderte
- El monte Yelmo.
- Abrigos con pinturas rupestres, sobre todo en Santiago-Pontones.
- Comprar libros sobre las Ordenanzas del Común de Segura, en Orcera.
- Senderos por los calares de los ríos Madera y Segura.

Más información
Centro Interpretación del Sequero y Punto de Información Micológica (Siles). Teléfono 953 491 143. www.sierradesegura.com / nwww.almaserrana.com, www.maderada.org, ong-aldeaglobal.blogspot.com

DOCUMENTAL "EXCLUIDOS"


EXCLUIDOS

Este trabajo documental es un retrato social sobre la pobreza en Paysandú-Uruguay, aunque podría ser de cualquier lugar del mundo por la similitud en el origen de sus circunstancias.
El fenómeno de la pobreza es un mal endémico de la especie humana, una realidad visible y a veces invisible de diferentes lugares del planeta tierra y que surge a partir de las nuevas sociedades o sociedades modernas, cuando se rompe el concepto de comunidad tribal, comunidades donde cada individuo era un eslabón importante en la cadena de supervivencia.
Desde la perspectiva de sus protagonistas se intenta mostrar a la sociedad en general una realidad que nos rodea en el día a día, realidad que a veces no se quiere reconocer, bien por ignorancia, racismo o por molestia y vergüenza, no nos gusta reconocer que nuestros vecinos y hermanos viven en una situación de marginación y extrema pobreza.
Nuestra apatía, acomodamiento y miedo a amar a los que sufren estas circunstancias extremas, nos inmoviliza y hace que mantengamos una postura pasiva ante esta preocupante realidad social y humanitaria.
Cuando ocurre una desgracia nacional o internacional, todos corremos a solidarizarnos y nos compadecemos, pero si vemos pobres por las calles o en los cinturones de nuestras ciudades, nos acostumbramos a ellos y los ignoramos.
Nadie quiere ser pobre, cada uno/a es el resultado de un proceso circunstancial e involuntario, un efecto-causa donde muchas veces es producido también por ciertos trastornos emocionales, trastornos que no se suelen tener muy en cuenta y que son prioritarios a tratar para rescatar a muchos pobres.
Los gurises (niños) tampoco escogieron nacer en la pobreza como forma de vida donde desarrollarse, pero la pobreza de su entorno es obvia, los persigue, atrapa y esclaviza en el tiempo.
La pobreza es el reflejo de la sociedad donde se desarrolla, de sus políticos, sus gentes, organizaciones sociales…, y sobre todo, de una conciencia también pobre sobre los valores fundamentales de la vida.
Como una enfermedad contagiosa, la pobreza, antes o después nos termina contagiando o afectando por empatía y cercanía. Hoy son ellos/as, mañana podemos ser nosotros y nuestros hijos los que padezcan esta dura experiencia.
Si cada familia acomodada apadrinara a una familia pobre, la pobreza no existiría.

Por todo ello, queremos que este documental sea una herramienta e instrumento más para comprender y trabajar valores como; conciencia, solidaridad, tolerancia, igualdad, libertad y respeto hacia los/as más desfavorecidos/as, y como no, un canto a la esperanza de que algún día hablemos de la pobreza como algo que perteneció a la historia de la humanidad.

Equipo de Producción.

PRODUCTORA C.P.E

DIRECCIÓN Y GUIÓN
José Laso
Gisella Jesús

ENTREVISTADOS
Mario Córdoba
Marcos Laurino
Rosa Barreto Rivera
Gabriela Jesús
Manuel Masseilot
Cristina Dosantos
Kelly Maristan
Banderas
Representante de vecinos de Barrio Sur

FOTOGRAFÍA
José Laso
Analia Jesús

EQUIPO INFORMATICO Y AUDIOVISUAL
Asociación Cultural “La Esparteña”
Ecomuseo “Alma Serrana”.

CONTACTOS
Tel: (España) 953 128101 - 636575205 - (Uruguay) 099936510 – (072) 43298 - 07202831
e-mail: almaserrana@tecnosegura.com
WEB: www.almaserrana.com
Formato: DVD-COLOR
Duración: 35 minutos

Este trabajo se ha realizado sin ningún ánimo de lucro, si lo hubiera, se destinaría a paliar necesidades de este colectivo, a la adquisición de material o infraestructuras que posibiliten la continuidad de esta labor humanitaria.

NOTA: a través del blog; ong-aldeaglobal.blogspot.com, puedes ver la labor que dicha ONG está desarrollando en Paysandú para paliar en lo posible la pobreza existente.
Entre todos y todas se puede

Museo "Alma Serrana" reportaje diario el mundo


Hay un lugar en España donde conviven más de 200 millones de pinos en un territorio elevado en gran parte por encima de los mil metros de altitud que un día fue provincia marítima. En ese mismo lugar han nacido quebrantahuesos en cautividad, hay un pino de más de cinco metros de circunferencia y existen restos de comunidades hippies. Estamos hablando del Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, el espacio natural protegido más grande de España y el segundo de Europa. Un territorio con más de doscientas mil hectáreas al oeste de la provincia de Jaén en plena cordillera. Un lugar mítico para el viajero que busca acompasar sus pasos con el ritmo que marca la naturaleza que le acompaña desde que penetra en este paraíso natural de una Andalucía interior no por desconocida menos interesante.
El parque toma su nombre de las tres sierra principales que lo componen. Aunque de similar riqueza paisajística, flora y fauna, cada una tiene su propia personalidad y una excesiva influencia del marketing turístico debiera confundir al visitante en la denominación de Sierra de Cazorla. Sus límites actuales son 23 municipios con un total de 100.000 habitantes y el peso histórico, económico, social y cultural repartido entre todas las villas.
"Despierte el alma dormida, avive el seso e despierte, contemplando cómo pasa la vida, cómo se viene la muerte tan callando…". En 1476 el aire frío de estas sierras penetró en el alma dolorida de Jorge Manrique, hijo del que fuera comendador de Segura de la Sierra, don Rodrigo Manrique. Allí, en el caserío blanco que trepa por la indomable pared de piedra, compuso sus célebres Coplas a la muerte de su padre. Aunque su casa no se puede visitar, sí se puede pasear por sus calles de paredes blancas y piedras antiguas o visitar sus monumentos como los antiguos baños árabes, la iglesia de Santa María del Collado o el castillo que rivaliza en altanería con el cercano pico el Yelmo. Al atardecer merece la pena asomarse a su inmenso valle para contemplar una de las puestas de sol más bellas del interior de Andalucía.
El Yelmo, con sus 1.807 metros de altura, es uno de los gigantes que dominan el parque. Aunque tiene hermanos mayores que lo superan en altura —los picos Empanadas, Cabañas y La Cabrilla, por encima de los 2.000— el Yelmo merece, por su situación, una parada contemplativa. En él se celebra, además, un festival anual de vuelo libre en el que durante un fin de semana a mediados del mes de julio el cielo segureño se llena de parapentes que imitan torpemente el vuelo de las grandes rapaces de la zona.
PROFUNDIZANDO. Un poco más al sur se encuentra la aldea de Los Anchos, una pequeña población de casas encaladas y techos de teja antigua que toma su nombre del río que baña sus tierras. Allí se encuentra el museo etnológico Alma Serrana con el que los miembros de la Asociación La Esparteña mantienen viva la herencia de sus mayores y las costumbres tradicionales del medio rural. "Defendemos una vuelta al campo pero con respeto hacia el medio natural y las tradiciones", asegura José Laso, director del museo. "El turismo rural y el autoempleo ha dado otra perspectiva vital a las gentes del campo y creemos que eso es compatible con el mantenimiento de las tradiciones".
Hoy no sólo viven integrados entre la población local sino que su trabajo ha servido para aglutinar a los habitantes de la zona interesados en defender su rico patrimonio. Una de las iniciativas con más apoyos ha sido la recuperación, a modo de festival, de las tradicionales maderadas, o bajadas de la madera que se talaba en la sierra por el río. Se celebra una vez al año y en ella se puede contemplar las espectaculares habilidades de los serranos para conducir los enormes troncos que flotan en el agua y cómo saltan de uno a otro con destreza y habilidad.
La riqueza natural del parque no es menor que la etnológica y cultural. Nominado a comienzos de los sesenta como Coto Nacional de Caza, en 1986 fue declarado parque natural y Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Desde 1988 es, además, Zona de Especial Protección para las aves, título otorgado por la Unión Europea. Entre las especies más importantes destacan el ciervo, la cabra montés, el muflón, el gamo y el jabalí. Siempre que se haga extremando las precauciones para no asustar al animal, el viajero podrá gozar de la contemplación de ejemplares de algunas de estas especies a orillas de la cientos de pistas forestales que cruzan el parque.
Igual puede ocurrir con las especies de aves más comunes, como el águila real, la perdicera, el halcón, el milano o el buitre leonado. Especialmente espectacular resulta la contemplación del vuelo pausado de los buitres en la garganta de El Chorro, entre las localidades de Cazorla y Quesada. Con la ayuda de unos prismáticos es fácil observar de cerca los nidos de estos animales.
El parque cuenta con más de cien especies de flores endémicas, como la violeta de Cazorla y el atrapamoscas. Enormes bosques de pinos laricios cubren parte de su terreno, aunque no es la única variedad presente en la zona. El conocido como Pino Galapán es un histórico del parque. Situado cerca de la comarca conocida como Campos de Hernán Perea, una altiplanicie cercana al cauce del río Borosa, se estima que pueda tener más de quinientos años de vida. Su edad no es óbice para exhibir exultante su corpulencia: sus más de 35 metros de altura, dos de diámetro y cinco de circunferencia, lo convierten en uno de los mejores ejemplares de todo el parque.
El embalse del Tranco, que bebe, entre otros, de las aguas del Guadalquivir desde su nacimiento en tierras de Quesada, es la principal fuente de abastecimiento del parque. El color de sus aguas verdes de vetas turquesas con el rojizo de la tierra y el verde forestal hacen del paisaje uno de los puntos imperdibles. Desde las numerosas rutas que lo bordean se puede acceder a los distintos miradores desde los que contemplar la magnífica vista. Una de ellas lleva el nombre de Félix Rodríguez de la Fuente. Sus 20 kilómetros sirvieron de escenario para algunos de los capítulos de El Hombre y la Tierra, como la célebre escena de caza de un águila real que, en pleno vuelo, atrapa con sus garras a un muflón.